Nuestra sociedad se está estancando. Y ese es el verdadero problema que tenemos como especie humana. En la economía, ya no hay verdadera innovación ni verdadera productividad.
Permítanme darles algunos ejemplos de por qué puede ser así.
Hacerse rico sin trabajar
Chicos de 25 años coleccionan JPEG de monos pixelados e invierten en esquemas Ponzi de criptomonedas con la esperanza de hacerse ricos sin tener que trabajar para ello, en lugar de crear valor en el mundo real trabajando o iniciando un negocio.
La política sobre la ciencia
Los activistas de 23 años estudian artes liberales y salen en masa a la calle a manifestarse contra el cambio climático, en lugar de licenciarse en ciencias y dedicar 10.000 horas de su vida a intentar inventar una solución real para el problema que ven.
Investigación para obtener puntos de estado
Personas brillantes de 30 años se convierten en economistas para formular teorías macroeconómicas excesivamente complicadas, pero sin objetivo, ser publicadas en una prestigiosa revista científica y coleccionar citas, en lugar de ayudar realmente a sus comunidades a nivel microeconómico con el emprendimiento.
Hablar es barato
Inversores de capital riesgo de 36 años que nunca han creado una empresa hablan de forma barata en Twitter y en conferencias sobre la innovación y cómo crear el futuro, en lugar de hacerlo ellos mismos.
Economía del marketing
Los directores generales de 47 años eligen el camino fácil haciendo lo que ya se ha hecho antes. O bien copiando y adaptando ligeramente lo que otros ya han construido. O construyendo un producto basado en un proveedor OEM, ODM o de marca blanca, sin añadir un valor significativo. La economía se sustenta en el marketing, en lugar de en la innovación. El mismo producto o solución se construye y comercializa una y otra vez. En lugar de innovar y crear toda una nueva categoría de productos.
El camino fácil
Podría seguir y seguir, pero el patrón es el mismo. Elegimos colectivamente el camino más fácil. Alimentamos nuestro ego, ya sea con seguidores en las redes sociales, con lujosos títulos en derecho y finanzas, con citas en revistas científicas, o enriqueciéndonos rápidamente con JPEG de monos o con cuestionables operaciones de fusiones y adquisiciones que no aportan ningún valor a la sociedad.
En tu lecho de muerte, nunca lo dirás:
“Ojalá hubiera comprado más NFT”
“Ojalá hubiera postulado más teorías económicas”
“Ojalá hubiera hecho un LBO más”
“Ojalá hubiera creado más vídeos de TikTok”
“Ojalá tuviera más citas científicas”
“Ojalá hubiera sacado un producto OEM más al mercado”
Curiosidad
Lo que falta es la curiosidad:
La curiosidad por lo que nosotros, como especie humana, podríamos ser.
Curiosidad por lo que podría ser el mundo.
Curiosidad por lo que podríamos ser como personas.
Ahora: Deja de jugar a los juegos de estatus. Deja de escuchar a tu ego. Siente curiosidad por saber quién es tu auténtico yo. ¿Por qué sientes curiosidad?
Como sociedad, tenemos que centrarnos menos en el ego y más en la curiosidad. Seamos realmente creativos y empecemos a inventar. Como dice Peter Thiel, vayamos “de cero a uno”.
Al pasar de Cero a Uno, no sólo resolveremos el cambio climático o la actual crisis de inflación, sino que volveremos a ser una sociedad creciente y próspera.