Marius Schober

Embracing the Mysteries, Unveiling the Realities

Tag: Politics


  • En un mundo dominado por el dinamismo financiero, a veces puede ocurrir lo inesperado. Los países BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica), en un intento de recalibrar el orden económico mundial, especularon recientemente con la posibilidad de lanzar una moneda común respaldada por oro, lo que provocó una oleada de aprensión y entusiasmo en los mercados mundiales. Las implicaciones de esta decisión serían enormes y podrían suponer un importante desafío al dominio del dólar estadounidense, pero ¿hasta qué punto es realista?

    La ambición de una moneda alternativa respaldada por oro muestra sorprendentes similitudes con el acuerdo de Bretton Woods posterior a la Segunda Guerra Mundial, que permitió al dólar estadounidense convertirse en la moneda de reserva mundial. En 1944, cuando la guerra mundial empezaba a remitir, 44 naciones aliadas se reunieron en Bretton Woods, una pequeña localidad de New Hampshire. Allí, en un acuerdo que marcó una época, forjaron el orden monetario de posguerra que, en última instancia, instaló al dólar estadounidense como la principal moneda de reserva del mundo. Una de las principales características del sistema de Bretton Woods era que el dólar estadounidense y todas las divisas vinculadas al dólar eran convertibles en oro a 35 dólares la onza. Esto creaba confianza a través del oro, subrayada por el considerable depósito de reservas de oro de Estados Unidos.

    El sistema de Bretton Woods exhaló su último suspiro en 1971, cuando Estados Unidos renunció a la conversión del dólar en oro. Desde entonces, la hegemonía del dólar estadounidense perduró, respaldada ahora por el innegable músculo político y económico de Estados Unidos.

    Hasta hoy, la omnipresencia del dólar estadounidense en el sistema financiero mundial era un testimonio de su resistencia y fiabilidad. Según SWIFT, el dólar representa alrededor del 42% de las transacciones de divisas, mientras que el euro representa aproximadamente el 32%, por detrás del yuan chino, con < 2%. Además, el Fondo Monetario Internacional calcula que casi es 59% de las reservas mundiales de los bancos centrales se mantienen en dólares.

    Esta preeminencia del dólar como moneda de reserva mundial ha sido durante mucho tiempo una espina clavada en el costado de las naciones que pretenden afirmar su influencia en la escena mundial. Pronto, los países del BRICS se reunirán en Johannesburgo, donde los ministros y representantes reunidos disertarán sobre cómo poner fin a este dominio estadounidense mediante una moneda común y, de este modo, hacer realidad sus aspiraciones a un nuevo orden económico. Este empeño por construir una contra narrativa del orden mundial basado en normas posterior a la Segunda Guerra Mundial se vio impulsado una gran medida por las sanciones impuestas a las reservas rusas de divisas y oro tras la invasión de Ucrania.

    Al igual que el diseño de Bretton Woods consolidó el dólar como eje de la economía mundial, el consorcio BRICS puede estar maniobrando para alterar este antiguo statu que lanzando por sí mismo una moneda respaldada por la antigua garantía del oro. Pero el camino que queda por recorrer parece estar plagado de desafíos que hacen que este empeña sea menos una conquista y más una búsqueda quijotesca.

    Aunque la coalición de los BRICS pueda prever una moneda común, respaldada, según la sugerencia rusa, por el oro, sus intereses nacionales individuales son demasiado divergentes para permitir esa unidad.

    La propuesta de un banco central único, posiblemente ubicado en Shanghái, sin duda haría saltar las alarmas, especialmente en India. Las tensiones fronterizas entre China e India y sus diferentes intereses estratégicos suponen importantes barreras para el tipo de integración profunda necesaria para una moneda compartida. Que esta discordia es real lo demostró el Ministro de Asuntos Exteriores indio, que rápidamente aclaró que India no tenía planes para una moneda de los BRICS. Una moneda respaldada por la democracia liberal no puede sustituirse sin más por un concepto dominado pro un Estado totalitario con controles de capital. Es una propuesta que desafía al pragmatismo.

    Los precedentes históricos ofrecen otra perspectiva aleccionadora. La incapacidad de la OPEP para establecer una petrodivisa y las dificultades de la moneda sudamericana “sur” subrayan las dificultades inherentes a la unión de naciones geográficamente dispares en torno a una causa financiera común.

    Además, la propia China, la más formidable de las economías BRICS, lucha por extender la influencia de su yuan incluso dentro de Asia, fuera de las finanzas vinculadas al comercio. Su participación en las transacciones mundiales apenas alcanza el 2%.

    La aspiración de suplantar al dólar con una nueva moneda de los BRICS supondría un salto cuántico, que requeriría no solo poderío económico, sin también una colaboración sin precedentes, confianza mutua y armonización jurídica entre estas naciones tan diversas.

    Los países BRICS son sin duda influyentes, y su propuesta de moneda merece atención, pero los obstáculos para el éxito son altos. En la situación actual, la probabilidad de que destronen al rey dólar a corto plazo parece decididamente escasa, dados los retos económicos, políticos y logísticos a los que se enfrentan. Sin embargo, en las arenas movedizas de la política y la economía mundiales, sería imprudente descartar por completo el potencial de cambio. “Y si … ?”

    Cuando observamos la actual constelación de economías y geopolítica mundiales, una moneda de los BRICS respaldada por oro brilla como una tentadora perspectiva. El atractivo de una moneda respaldada por oro radica en su estabilidad potencial. Se trata de una herramienta de diversificación cautivadora que podría proporcionar un baluarte contra la inflación, las incertidumbres geopolíticas y los intereses propios de Estados Unidos que acosan al dólar. Sin embargo, aunque el oro ha servido como depósito de valor a lo largo de los siglos, el valor de una moneda respaldada por oro estaría en última instancia ligado a las políticas fiscales de los países BRICS. Su compromiso de mantener el patrón oro sería el eje que podría influir en la suerte de esa moneda.

    No obstante, el nacimiento de una divisa de los BRICS respaldada por oro pondría de relieve un cambio sísmico en el poder geopolítico, señalando una desviación de la actual hegemonía del dólar y el euro. Esta fragmentación del orden monetario internacional podría dar lugar a un entorno geopolítico aún más inestable.

    Aunque el predominio del dólar pueda irritar, las alternativas que se vislumbran en el horizonte no son nada formidables. Los países BRICS, aunque importantes desde el punto de vista económico y geopolítico, aún están lejos de convertirse en un competidor viable del dólar estadounidense. Un cambio económico mundial de esta magnitud requiere algo más que ilusiones. Exige una alternativa creíble, fiable y universalmente aceptable, que por el momento parece inexistente.

    Para que esa acción se materialice, no debemos mirar hacia el este, sino hacia la frontera digital. Es en el mundo de las criptomonedas donde podemos encontrar el verdadero contendiente a la moneda de reserva estadounidense. Una criptodivisa bien diseñada y descentralizada ofrece características de las que no puede presumir ninguna moneda respaldada por una sola nación. Es inmune a la manipulación política, puede transferirse instantáneamente a través de las fronteras y es accesible a cualquier persona con una conexión a Internet.

    Una criptodivisa descentralizada también responde a la preocupación de los países BRICS de proteger sus economías frente a sanciones y posibles incumplimientos económicos. Sin la influencia de una sola nación o entidad política, una criptodivisa opera en sus propios términos, dictados por algoritmos criptográficos en lugar de los caprichos de los líderes políticos y las instituciones financieras.

    Sin embargo, este utópico panorama digital no está exento de dificultades. Para que una criptodivisa pueda desafiar de verdad el dominio del dólar estadounidense, es necesario resolver los problemas de volatilidad, seguridad y cumplimiento de la normativa. Es posible que en el futuro no sean el dólar, el yuan o el rublo los que dominen la escena financiera mundial, sino una criptomoneda como Bitcoin, Ethereum o alguna otra aún por concebir.

    En esta narrativa en desarrollo, el verdadero cambio en el orden económico mundial puede no provenir de las bóvedas de los tesoros nacionales, sino de algoritmos que zumban en centros de datos descentralizados de todo el mundo. A diferencia de una posible moneda de los BRICS, el auge de una criptomoneda descentralizada no depende del peso económico de un solo país. Por el contrario, está determinado por la acción colectiva de millones de individuos e instituciones de todo el mundo: una auténtica moneda del pueblo, por el pueblo y para el pueblo.

  • В мире, где доминирует финансовый динамизм, иногда случаются неожиданности. Страны БРИКС (Бразилия, Россия, Индия, Китай и ЮАР), стремясь перестроить мировой экономический порядок, недавно обнародовали предположения о запуске единой валюты, обеспеченной золотом, что вызвало волнения и опасения на мировых рынках. Последствия такого решения были бы огромны и могли бы бросить серьезный вызов многолетнему господству доллара США, но насколько это реально?

    Амбиции альтернативной валюты, обеспеченной золотом, имеют поразительное сходство с Бреттон-Вудским соглашением, заключенным после Второй мировой войны, которое позволило доллару США стать мировой резервной валютой. В 1944 г., когда мировая война пошла на спад, 44 страны-союзницы собрались в Бреттон-Вудсе, небольшом городке в штате Нью-Гэмпшир, в лесистой местности. Здесь, в эпохальном соглашении, они выработали послевоенный валютный порядок, который в итоге закрепил за долларом США статус ведущей мировой резервной валюты. Главной особенностью Бреттон-Вудской системы было то, что доллар США и все валюты, привязанные к доллару, были конвертируемы в золото по цене 35 долл. за унцию. Это создавало доверие к золоту, что подтверждалось наличием у Америки значительных золотых запасов.

    Бреттон-Вудская система испустила последний дух в 1971 г., когда США отказались от конвертации доллара в золото. С тех пор гегемония американского доллара продолжалась, опираясь на неоспоримые политические и экономические мускулы США.

    Доминирование доллара США в качестве мировой резервной валюты уже давно является бельмом на глазу для стран, стремящихся утвердить свое влияние на мировой арене. Вскоре страны БРИКС соберутся в Йоханнесбурге, где собравшиеся министры и представители будут рассуждать о том, как покончить с доминированием США путем создания общей валюты и тем самым реализовать свои устремления к новому экономическому порядку. Это стремление создать контрпропаганду миропорядка, основанного на правилах, принятых после Второй мировой войны, в немалой степени было вызвано санкциями в отношении российских валютных и золотых резервов после вторжения на Украину.

    Подобно тому, как Бреттон-Вудский проект закрепил доллар в качестве опоры мировой экономики, консорциум БРИКС, возможно, пытается нарушить этот многолетний статус-кво, самостоятельно запустив валюту, обеспеченную вековым золотом. Однако на этом пути возникает множество проблем, которые делают это начинание не столько завоеванием, сколько квиксией.

    Хотя коалиция БРИКС может предусматривать создание единой валюты – обеспеченной, по предложению России, золотом, – их индивидуальные национальные интересы слишком расходятся, чтобы обеспечить такое единство.

    Предложение о создании единого центрального банка, возможно, расположенного в Шанхае, несомненно, вызовет тревогу, особенно в Индии. Напряженность на китайско-индийской границе и различия в стратегических интересах создают серьезные препятствия для глубокой интеграции, необходимой для создания общей валюты. То, что эти разногласия реальны, показал министр иностранных дел Индии, который быстро разъяснил, что Индия не планирует создание валюты БРИКС. Валюта, поддерживаемая либеральной демократией, не может быть просто заменена концепцией, в которой доминирует тоталитарное государство с контролем над движением капитала. Это предложение не поддается прагматизму.

    Исторические прецеденты заставляют задуматься еще больше. То, что ОПЕК не смогла создать евровалюту, а южноамериканская валюта “сур” столкнулась с трудностями в объединении географически разрозненных стран вокруг общей финансовой цели, подчеркивает, что в принципе это не так.

    Кроме того, сам Китай, самая грозная из стран БРИКС, с трудом расширяет влияние своего юаня даже в Азии, за пределами финансовых операций, связанных с торговлей. Его доля в глобальных транзакциях составляет всего 2%.

    Стремление заменить доллар новой валютой БРИКС стало бы квантовым скачком, требующим не только экономической мощи, но и беспрецедентного сотрудничества, взаимного доверия и согласования правовых норм между этими столь разными странами.

    Страны БРИКС, несомненно, влиятельны, и их предложение по валюте заслуживает внимания, но препятствия для успеха очень велики. В настоящее время вероятность того, что они свергнут короля доллара в ближайшей перспективе, представляется весьма незначительной, учитывая экономические, политические и логистические проблемы, с которыми они сталкиваются. Однако в условиях переменчивости мировой политики и экономики было бы неосмотрительно полностью сбрасывать со счетов возможность перемен. Итак, что если?

    При взгляде на современное состояние мировой экономики и геополитики валюта БРИКС, обеспеченная золотом, представляется весьма заманчивой перспективой. Привлекательность валюты, обеспеченной золотом, заключается в ее потенциальной стабильности. Она представляет собой привлекательный инструмент диверсификации, который может стать оплотом против инфляции, геополитической неопределенности и корыстных интересов США, от которых страдает доллар. Однако, несмотря на то, что золото служит надежным хранилищем стоимости на протяжении многих веков, ценность валюты, обеспеченной золотом, в конечном итоге будет зависеть от фискальной политики стран БРИКС. Их приверженность поддержанию золотого стандарта станет тем стержнем, который сможет изменить судьбу такой валюты.

    Тем не менее, появление валюты БРИКС, обеспеченной золотом, означало бы сейсмический сдвиг в геополитической мощи и отход от существующей гегемонии доллара и евро. Такой раскол международного валютного порядка может привести к еще большей нестабильности геополитической обстановки.

    Доминирование доллара, конечно, не может не радовать, но альтернативы, появляющиеся на горизонте, вряд ли можно назвать грозными. Страны БРИКС, хотя и являются экономически и геополитически значимыми, все еще далеки от создания реального конкурента доллару США. Глобальный экономический сдвиг такого масштаба требует не просто принятия желаемого за действительное. Необходима надежная, заслуживающая доверия и общепризнанная альтернатива, которой пока не существует.

    Для того чтобы эти действия стали реальностью, мы должны смотреть не на восток, а на цифровые рубежи. Именно в мире криптовалют мы можем найти настоящего конкурента резервной валюте США. Хорошо продуманная, децентрализованная криптовалюта обладает свойствами, которыми не может похвастаться ни одна национальная валюта. Она не поддается политическим манипуляциям, может быть мгновенно переведена через границу и доступна любому человеку, имеющему подключение к Интернету.

    Децентрализованная криптовалюта также решает проблему защиты экономики стран БРИКС от санкций и возможного экономического дефолта. Криптовалюта не зависит от влияния отдельных государств или политических образований и работает на собственных условиях, диктуемых криптографическими алгоритмами, а не прихотями политических лидеров и финансовых институтов.

    Однако этот утопический цифровой ландшафт не лишен подводных камней. Для того чтобы криптовалюта могла реально противостоять доминированию доллара США, необходимо решить вопросы, связанные с волатильностью, безопасностью и соблюдением нормативных требований. Возможно, в будущем на мировой финансовой арене будет не доллар, юань или рубль, а криптовалюта, такая как Bitcoin, Ethereum или еще не созданная криптовалюта, которая возьмет на себя эту роль.

    В этой ситуации реальный сдвиг в мировом экономическом порядке может произойти не в хранилищах национальных казначейств, а благодаря алгоритмам, работающим в децентрализованных дата-центрах по всему миру. В отличие от потенциальной валюты БРИКС, рост децентрализованной криптовалюты не зависит от экономической мощи какой-либо одной страны. Вместо этого она формируется коллективными действиями миллионов людей и организаций по всему миру – это действительно валюта народа, от народа и для народа.

  • In einer Welt, die von finanzieller Dynamik beherrscht wird, kann manchmal das Unerwartete eintreten. Die BRICS-Staaten (Brasilien, Russland, Indien, China und Südafrika) haben vor kurzem Spekulationen über die Einführung einer gemeinsamen, goldgedeckten Währung in die Welt gesetzt, mit dem Ziel, die globale Wirtschaftsordnung in ein neues Gleichgewicht zu bringen, was auf den globalen Märkten Besorgnis und Aufregung auslöste. Die Auswirkungen dieser Entscheidung wären enorm und könnten die langjährige Dominanz des US-Dollars erheblich in Frage stellen – aber wie realistisch ist das wirklich?

    Die Bestrebungen für eine alternative, goldgedeckte Währung weisen auffällige Ähnlichkeiten mit dem Bretton-Woods-Abkommen nach dem Zweiten Weltkrieg auf, durch das der US-Dollar zur weltweiten Leitwährung wurde. Im Jahr 1944, als sich der Weltkrieg dem Ende zuneigte, trafen sich 44 verbündete Nationen in der idyllischen Umgebung von Bretton Woods, einer Kleinstadt in New Hampshire. Hier schmiedeten sie in einem epochalen Abkommen die Währungsordnung für die Nachkriegszeit, die schließlich den US-Dollar als führende Reservewährung der Welt etablierte. Ein wesentliches Merkmal des Bretton-Woods-Systems war, dass der US-Dollar und jede an den Dollar gekoppelte Währung zu 35 Dollar pro Unze in Gold konvertierbar war. Dies schuf Vertrauen durch Gold, was durch Amerikas beträchtliche Goldreserven unterstrichen wurde.

    Das Bretton-Woods-System ging 1971 in die Knie, als die Vereinigten Staaten den Umtausch von Dollar in Gold abschafften. Die Hegemonie des US-Dollars hatte seitdem Bestand und wird nun durch die unbestreitbaren politischen und wirtschaftlichen Muskeln der Vereinigten Staaten gestützt.

    Bis heute war die Allgegenwärtigkeit des US-Dollars im globalen Finanzsystem ein Beweis für seine Widerstandsfähigkeit und Zuverlässigkeit. Nach Angaben von SWIFT entfallen rund 42 % der Währungstransaktionen auf den Dollar, während der Euro etwa 32 % ausmacht, gefolgt vom chinesischen Yuan mit < 2 %. Außerdem schätzt der Internationale Währungsfonds, dass fast 59 % der weltweiten Zentralbankreserven in Dollar gehalten werden.

    Diese Vormachtstellung des US-Dollars als Weltreservewährung ist den Nationen, die ihren Einfluss auf der Weltbühne geltend machen wollen, schon lange ein Dorn im Auge. In Kürze werden die BRICS-Länder in Johannesburg zusammenkommen, wo die versammelten Minister und Vertreter über die Beendigung dieser Vorherrschaft der USA durch eine gemeinsame Währung diskutieren und damit ihre Hoffnungen auf eine neue Wirtschaftsordnung zum Ausdruck bringen werden. Dieses Bestreben, eine Gegenerzählung zur regelbasierten Weltordnung nach dem Zweiten Weltkrieg zu konstruieren, wurde nicht zuletzt durch die Sanktionen gegen die russischen Devisen- und Goldreserven nach der Invasion in der Ukraine ausgelöst.

    Ähnlich wie die Regelung von Bretton Woods den Dollar als Dreh- und Angelpunkt der Weltwirtschaft zementierte, könnte das BRICS-Konsortium versuchen, diesen langjährigen Status quo zu durchbrechen, indem es selbst eine Währung einführt, die durch die uralte Sicherheit des Goldes gestützt wird. Doch der Weg dorthin scheint mit Herausforderungen gespickt zu sein, die dieses Vorhaben weniger zu einer Eroberung als vielmehr zu einem quixotischen Unterfangen machen.

    Die BRICS-Koalition mag zwar eine gemeinsame Währung ins Auge fassen, die nach russischem Vorschlag durch Gold gedeckt ist, doch sind ihre individuellen nationalen Interessen viel zu unterschiedlich, um eine solche Einigung zu ermöglichen.

    Der Vorschlag einer einheitlichen Zentralbank, möglicherweise mit Sitz in Shanghai, würde zweifellos die Alarmglocken schrillen lassen, insbesondere in Indien. Die Spannungen an der chinesisch-indischen Grenze und die unterschiedlichen strategischen Interessen stellen ein erhebliches Hindernis für die Art von tiefgreifender Integration dar, die für eine gemeinsame Währung erforderlich ist. Dass diese Uneinigkeit real ist, zeigte der indische Außenminister, der schnell klarstellte, dass Indien keine Pläne für eine BRICS-Währung hat. Eine von einer liberalen Demokratie getragene Währung kann nicht einfach durch ein Konzept ersetzt werden, das von einem totalitären Staat mit Kapitalkontrollen beherrscht wird. Das ist ein Vorschlag, der sich dem Pragmatismus entzieht.

    Ein historischer Präzedenzfall bietet eine weitere ernüchternde Perspektive. Die Tatsache, dass die OPEC nicht in der Lage war, eine Petrowährung einzuführen, und die Schwierigkeiten der südamerikanischen “Sur”-Währung zeigen, wie schwierig es ist, geografisch weit auseinander liegende Nationen um eine gemeinsame finanzielle Sache zu versammeln.

    Auch China selbst, die mächtigste der BRICS-Volkswirtschaften, tut sich schwer damit, den Einfluss seines Yuan selbst innerhalb Asiens und außerhalb des handelsbezogenen Finanzwesens auszuweiten. Sein Anteil an den weltweiten Transaktionen liegt bei nur 2 %.

    Das Bestreben, den Dollar durch eine neue BRICS-Währung abzulösen, wäre ein Quantensprung, der nicht nur wirtschaftliche Macht, sondern auch eine noch nie dagewesene Zusammenarbeit, gegenseitiges Vertrauen und rechtliche Harmonisierung zwischen diesen so unterschiedlichen Nationen erfordert.

    Die BRICS-Staaten sind zweifellos einflussreich, und ihr Währungsvorschlag verdient Beachtung, aber die Hürden für einen Erfolg sind hoch. Angesichts der wirtschaftlichen, politischen und logistischen Herausforderungen, mit denen sie konfrontiert sind, scheint die Wahrscheinlichkeit, dass sie den US-Dollar in naher Zukunft entthronen, ausgesprochen gering. Angesichts der politischen und wirtschaftlichen Veränderungen in der Welt wäre es jedoch unvorsichtig, das Potenzial für einen Wandel gänzlich außer Acht zu lassen. Was wäre also, wenn?

    Betrachtet man die derzeitige Konstellation der Weltwirtschaft und der Geopolitik, so erscheint eine goldgedeckte BRICS-Währung als eine verlockende Perspektive. Der Reiz einer goldgedeckten Währung liegt in ihrer potenziellen Stabilität. Sie stellt ein faszinierendes Diversifizierungsinstrument dar, das ein Bollwerk gegen Inflation, geopolitische Unsicherheiten und die Eigeninteressen der USA, die den Dollar plagen, bilden könnte. Auch wenn Gold über Jahrhunderte hinweg als zuverlässiger Wertaufbewahrer gedient hat, wäre der Wert einer goldgedeckten Währung letztlich von der Finanzpolitik der BRICS-Staaten abhängig. Ihr Engagement für die Beibehaltung des Goldstandards wäre der Dreh- und Angelpunkt, der die Geschicke einer solchen Währung beeinflussen könnte.

    Nichtsdestotrotz würde die Geburt einer goldgedeckten BRICS-Währung eine seismische Verschiebung der geopolitischen Macht unterstreichen und eine Abkehr von der bestehenden Dollar- und Euro-Hegemonie signalisieren. Eine solche Zersplitterung der internationalen Währungsordnung könnte zu einem noch instabileren geopolitischen Umfeld führen.

    Die Vorherrschaft des Dollars mag zwar für Aufregung sorgen, doch die sich abzeichnenden Alternativen sind kaum beeindruckend. Die BRICS-Staaten sind zwar wirtschaftlich und geopolitisch von großer Bedeutung, aber noch weit davon entfernt, eine tragfähige Konkurrenz zum US-Dollar zu schaffen. Ein weltwirtschaftlicher Wandel dieses Ausmaßes erfordert mehr als nur Wunschdenken. Sie erfordert eine glaubwürdige, verlässliche und allgemein akzeptierte Alternative, die es im Moment nicht zu geben scheint.

    Damit dies geschieht, dürfen wir nicht nach Osten schauen, sondern müssen den Blick auf die digitalen Grenzen richten. In der Welt der Kryptowährungen könnten wir den wahren Konkurrenten für die US-Reservewährung finden. Eine gut durchdachte, dezentralisierte Kryptowährung bietet Eigenschaften, die keine einzelne staatlich gestützte Währung vorweisen kann. Sie ist unempfindlich gegen politische Manipulationen, kann sofort über Grenzen hinweg transferiert werden und ist für jeden mit einer Internetverbindung zugänglich.

    Eine dezentralisierte Kryptowährung trägt auch dem Anliegen der BRICS-Staaten Rechnung, ihre Volkswirtschaften vor Sanktionen und einem möglichen wirtschaftlichen Ausfall zu schützen. Ohne den Einfluss einer einzelnen Nation oder politischen Einheit funktioniert eine Kryptowährung nach ihren eigenen Bedingungen, die von kryptografischen Algorithmen diktiert werden und nicht von den Launen politischer Führer und Finanzinstitutionen.

    Diese utopische digitale Landschaft ist jedoch nicht ohne Tücken. Damit eine Kryptowährung die Vorherrschaft des US-Dollars wirklich herausfordern kann, müssen Fragen zur Volatilität, Sicherheit und Einhaltung von Vorschriften geklärt werden. In der Zukunft werden vielleicht nicht der Dollar, der Yuan oder der Rubel auf der globalen Finanzbühne stehen, sondern eine Kryptowährung wie Bitcoin, Ethereum oder eine noch zu entwickelnde Kryptowährung, die die Vorherrschaft übernimmt.

    In diesem sich entwickelnden Narrativ könnte die wirkliche Verschiebung der globalen Wirtschaftsordnung nicht aus den Tresoren der nationalen Finanzämter kommen, sondern von Algorithmen, die in dezentralen Datenzentren rund um den Globus summen. Im Gegensatz zu einer potenziellen BRICS-Währung ist der Aufstieg einer dezentralen Kryptowährung nicht von der wirtschaftlichen Stärke eines einzelnen Landes abhängig. Stattdessen wird er durch das kollektive Handeln von Millionen von Einzelpersonen und Institutionen auf der ganzen Welt geprägt – eine echte Währung des Volkes, durch das Volk und für das Volk.

  • In a world dominated by financial dynamism, the unexpected can sometimes occur. The BRICS nations (Brazil, Russia, India, China, and South Africa), in a bid to recalibrate the global economic order, recently unveiled speculations around launching a common currency backed by gold, causing ripples of apprehension and excitement across the global markets. The implications of this decision would be vast and could pose a significant challenge to the longstanding dominance of the US dollar – but how realistic is it really?

    The ambition of an alternative currency backed by gold shows striking similarities to the post-World War II Bretton Woods accord, which enabled the U.S. dollar to become the global reserve currency. In 1944, as the world war was beginning to ebb, 44 allied nations convened in the sylvan setting of Bretton Woods, a small town in New Hampshire. Here, in an epoch-making agreement, they forged the post-war monetary order which ultimately installed the U.S. dollar as the world’s leading reserve currency. A major feature of the Bretton Woods system was that the U.S. dollar and every currency pegged to the dollar, was convertible into gold at $35 per ounce. This created trust through gold, underscored by America’s considerable repository of gold reserves.

    The Bretton Woods system breathed its last in 1971 when the United States forsook its dollar-to-gold conversions. Ever since, the U.S. dollar hegemony endured, now backed by the undeniable political and economic muscles of the United States.

    Until today, the US dollar’s pervasive ubiquity in the global financial system was a testament to its resilience and reliability. According to SWIFT, the dollar accounts for around 42% of currency transactions, with the Euro accounting for roughly 32% leaving behind the Chinese yuan with < 2 percent. Furthermore, the International Monetary Fund estimates that nearly 59% of global central bank reserves are held in dollars.

    This prominence of the US dollar as the world’s reserve currency has long been a thorn in the side of nations seeking to assert their influence on the global stage. Soon, BRICS countries will gather in Johannesburg, where the assembled ministers and representatives will discourse about ending this US dominance through a common currency and thus reveling in their aspirations for a new economic order. This endeavor to construct a counter-narrative to the post-World War II rules-based world order was prompted in no small part by the sanctions on Russian foreign exchange and gold reserves following the invasion of Ukraine.

    Much like Bretton Woods’ design cemented the dollar as the fulcrum of the world economy, the BRICS consortium may be maneuvering to disrupt this long-standing status quo by themselves launching a currency backed by the age-old surety of gold. But the track ahead appears to be riddled with challenges that make this endeavor less a conquest and more a quixotic pursuit.

    While the BRICS coalition may envisage a common currency – backed, as per Russian suggestion, by gold as per a Russian – their individual national interests are far too divergent to enable such unity.

    The proposal of a single central bank, possibly located in Shanghai, would undoubtedly raise alarm bells, particularly in India. Sino-Indian border tensions and differing strategic interests pose significant barriers to the kind of deep integration necessary for a shared currency. That this discord is real was shown by India’s External Affairs Minister who quickly clarified that India had no plans for a BRICS currency. A liberal democracy-backed currency cannot simply be replaced by a concept dominated by a totalitarian state with capital controls. It is a proposition that defies pragmatism.

    Historical precedence provides a further sobering perspective. OPEC as not able to establish a petro-currency and the struggles of the South American “sur” currency underline the inherent difficulties in rallying geographically disparate nations around a common financial cause.

    Also, China itself, the most formidable of the BRICS economies, struggles to extend the influence of its yuan even within Asia, outside trade-linked finance. Its share in global transactions is a mere 2%.

    The aspiration to supplant the dollar with a new BRICS currency would be a quantum leap, requiring not only economic might but also unprecedented collaboration, mutual trust, and legal harmonizing among these so diverse nations.

    The BRICS nations are undoubtedly influential, and their currency proposal warrants attention, but the hurdles for success are high. As it stands, the likelihood of them dethroning King Dollar in the near term appears decidedly slim, given the economic, political, and logistical challenges they face. However, in the shifting sands of global politics and economics, it would be imprudent to discount the potential for change altogether. So, what if?

    When we gaze upon the current constellation of global economies and geopolitics, a gold-backed BRICS currency shines brightly as a tantalizing prospect. The appeal of a gold-backed currency hinges in its potential stability. It presents a captivating diversification tool which might provide a bulwark against inflation, geopolitical uncertainties, and U.S. self-interests that plague the dollar. However, while gold has served as a steadfast store of value over centuries, the worth of a gold-backed currency would ultimately remain tethered to the fiscal policies of the BRICS nations. Their commitment to maintaining the gold standard would be the linchpin that could sway the fortunes of such currency.

    Nevertheless, the birth of a gold-backed BRICS currency would underscore a seismic shift in geopolitical power, signaling a deviation from the existing dollar and euro hegemony. Such a splintering of the international monetary order could result in an even more unstable geopolitical environment.

    While the dollar’s predominance may ruffle feathers, the alternatives on the horizon are hardly formidable. The BRICS nations, while economically and geopolitically significant, are still far from establishing a viable competitor to the US dollar. A global economic shift of this magnitude requires more than wishful thinking. It demands a credible, reliable, and universally acceptable alternative, which, for the time being seems non-existent.

    For that action to materialize, we must not look to the east but towards the digital frontier. It is in the world of cryptocurrencies that we may find the true contender to the U.S. reserve currency. A well-designed, decentralized cryptocurrency offers features that no single nation-backed currency can boast. It is impervious to political manipulation, can be transferred instantly across borders, and is accessible to anyone with an internet connection.

    A decentralized cryptocurrency also addresses the BRICS nation’s concern of shielding their economies from sanctions and potential economic default. Without the influence of any single nation or political entity, a cryptocurrency operates on its own terms, dictated by cryptographic algorithms rather than the whims of political leaders and financial institutions.

    However, this utopian digital landscape is not without its pitfalls. Issues surrounding volatility, security, and regulatory compliance must be addressed for a cryptocurrency to truly challenge the U.S. dollar’s dominance. In the future it may not be the dollar, the yuan, or the rouble on the global financial stage, but a cryptocurrency such as Bitcoin, Ethereum, or some yet-to-be-conceived cryptocurrency that takes on the mantle.

    In this unfolding narrative, the real shift in global economic order may come not from the vaults of national treasuries, but from algorithms humming in decentralized data centers around the globe. Unlike a potential BRICS currency, the rise of a decentralized cryptocurrency is not contingent on any single country’s economic heft. Instead, it is shaped by the collective action of millions of individuals and institutions worldwide – truly a currency of the people, by the people, and for the people.

  • Viajar es una forma estupenda de explorar otros países, culturas y sus gentes. Aunque esto es especialmente cierto para los viajeros, es irónicamente igual de cierto para el típico veraneante. El típico lugar de vacaciones europeo es básicamente un gran conglomerado de hoteles, restaurantes, cafés, tiendas, casinos y discotecas. En el aeropuerto, en la playa, en la cafetería y en el vestíbulo del hotel se encuentran veraneantes alemanes igual que británicos, franceses, holandeses, suecos, italianos, daneses, polacos, rusos, suizos, españoles, turcos, ucranianos, noruegos y, a veces, incluso estadounidenses o asiáticos.

    A pesar de algunas pequeñas quejas de que los rusos y los ingleses beben demasiado y salen de fiesta, todos ellos disfrutan de sus vacaciones entre ellos. Los rusos no atacan a los británicos con taburetes de bar, sólo porque su primer ministro acusó a su presidente de algo (La excepción confirma la regla). La gente quiere convivir pacíficamente. Desean convivir con los demás. Y todos quieren disfrutar al máximo del tiempo que tienen en sus vacaciones.

    Esto es cierto tanto a microescala (el destino de vacaciones) como a escala global (nuestro mundo). La gente quiere vivir y disfrutar de su vida. El objetivo es minimizar los conflictos para aumentar los aspectos positivos. El destino de vacaciones muestra que los Joe, Wadym, Ilker, Marius y Fernando normales no quieren librar guerras sin sentido con otras naciones ni acusarse mutuamente de estupideces.

  • Reisen ist eine großartige Möglichkeit, andere Länder, Kulturen und deren Menschen kennenzulernen. Das gilt zwar besonders für Reisende, aber ironischerweise genauso für den typischen Urlauber. Der typische europäische Urlaubsort ist im Grunde ein großes Ballungsgebiet mit Hotels, Restaurants, Cafés, Geschäften, Casinos und Nachtclubs. Am Flughafen, am Strand, im Café und in der Hotellobby trifft man auf deutsche Urlauber ebenso wie auf britische, französische, niederländische, schwedische, italienische, dänische, polnische, russische, schweizerische, spanische, türkische, ukrainische, norwegische und manchmal sogar auf amerikanische oder asiatische Touristen.

    Abgesehen von einigen kleinen Beschwerden, dass die Russen und Engländer zu viel trinken und zu viel feiern, genießen alle Menschen ihren Urlaub miteinander. Die Russen greifen die Briten nicht mit Barhockern an, nur weil ihr Premierminister ihren Präsidenten beschuldigt hat (Die Ausnahme bestätigt die Regel). Die Menschen möchten friedlich zusammenleben. Sie wollen miteinander leben. Und alle wollen die Zeit, die sie in ihrem Urlaub haben, in vollen Zügen genießen.

    Dies gilt sowohl auf Mikroebene (das Urlaubsziel) als auch im globalen Kontext (unsere Welt). Die Menschen wollen leben und ihr Leben genießen. Das Ziel ist es, Konflikte zu minimieren, um das Gute zu steigern. Das Urlaubsland zeigt, dass der Normalbürger, Wadym, Ilker, Marius und Fernando keine sinnlosen Kriege mit anderen Nationen führen oder einander für dummes Zeug beschimpfen wollen.

  • Traveling is a great way to explore other countries, cultures and their people. While this is especially true for travelers, it is ironically just as true for the typical holidaymaker. The typical European holiday resort is basically a large conglomerate of hotels, restaurants, cafés, shops, casinos, and nightclubs. At the airport, the beach, in the café and in the hotel lobby you meet German holidaymakers just as you meet British, French, Dutch, Swedish, Italian, Danish, Polish, Russian, Swiss, Spanish, Turkish, Ukrainian, Norwegian, and sometimes even American or Asian tourists.

    Despite some small complaints that the Russian and English drink too much and party too hard, all these people enjoy their holidays with each other. Russians don’t attack the British with bar stools, just because their prime minister accused their president of something (The exception proves the rule). People want to live peacefully together. They wish to live with each other. And all want to enjoy the time they have in their holidays at its most.

    This is true on a microscale (the holiday destination) as it is on a global scale (our world). People want to live and enjoy their life. The aim is to minimize conflict to increase positives. The holiday destination shows that the regular Joe, Wadym, Ilker, Marius, and Fernando don’t want to fight senseless wars with other nations or accuse each other of stupid shit.

  • Hay una forma sencilla de apoyar a las familias – especialmente a las madres – y garantizar a las madres una jubilación segura: 0 % de impuesto sobre la renta con el 30 % de los ingresos personales de la madre abonados a un fondo de pensiones personal.

    En muchos países, los ingresos de las madres que trabajan a tiempo parcial ya se encuentran en un tramo impositivo preferente. Esto significa que los ingresos procedentes del trabajo a tiempo parcial o de un trabajo significativamente menos remunerado se gravan menos. No obstante, el impacto de la fiscalidad sobre los ingresos a tiempo parcial sigue siendo significativo y notable.

    Para apoyar a las madres – hoy y más tarde durante la jubilación – deberíamos eliminar el impuesto sobre la renta de los ingresos a tiempo parcial de las madres. De este modo, las madres ganan en bruto por el neto, lo que hace que el trabajo a tiempo parcial sea tan atractivo como el trabajo a tiempo completo.

    Pero en lugar de pagar el 100 % de los ingresos brutos, una parte de los mismos se invierte en un fondo de pensiones personal obligatorio. De este modo, durante los 18-22 años de maternidad con trabajo a tiempo parcial, las madres van acumulando una pensión personal de la que pueden vivir durante la jubilación. El fondo debe estar vinculado personalmente a la madre, por lo que la jubilación es completamente independiente de su marido.

    $258.271,60

    Supongamos que una madre trabaja a tiempo parcial y gana actualmente 1.750 dólares brutos. En lugar de gravar estos ingresos, el 30 % de los mismos se ingresa en un fondo de pensiones personal vinculado a la madre. Esto equivale a una suma de ahorro mensual de 525 dólares. Suponiendo que la madre tenga dos hijos y trabaje a tiempo parcial durante 20 años mientras los cría hasta los 18 años. Durante este tiempo, sus ahorros se acumulan a un tipo de interés supuesto del 1 % hasta alcanzar los 138.719,73 dólares. Con un 7 % de rendimiento de la inversión -una regla general para los fondos de pensiones- la madre tiene acceso a un fondo de pensiones de 258.271,60 dólares.

    Si suponemos que la madre sigue trabajando a tiempo parcial durante otros 15 años después de que los niños hayan crecido, y sigue aportando 200 dólares al mes al fondo de pensiones con un rendimiento medio del 7 % anual, la madre se jubila con 772.887,49 dólares.

    Apoyo a las madres solteras

    Las madres solteras deberían ser tenidas en cuenta por separado. Las cotizaciones mensuales podrían reducirse al 15 % y el Estado aportaría el 50 % restante o la cantidad necesaria para alcanzar un importe mínimo de ahorro definido de 400 dólares al mes. Las madres solteras notarán el efecto inmediatamente en su cuenta bancaria. Simultáneamente, erradicamos la pobreza en la vejez para las madres solteras.

    Nota: Evidentemente, debería aplicarse lo mismo si las madres prefieren trabajar a tiempo completo y los padres a tiempo parcial, etc.

  • Es gibt eine einfache Möglichkeit, Familien – insbesondere Mütter – zu unterstützen und Müttern einen sicheren Ruhestand zu garantieren: 0 % Einkommenssteuer bei gleichzeitiger Einzahlung von 30 % des persönlichen Einkommens der Mutter in einen personenbezogenen Rentenfonds.

    In vielen Ländern ist das Einkommen von Müttern, die Teilzeit arbeiten, bereits in einer bevorzugten Steuerklasse. Das bedeutet, dass das Einkommen aus der Teilzeitbeschäftigung oder einer deutlich geringer bezahlten Tätigkeit weniger besteuert wird. Dennoch sind die Auswirkungen der Besteuerung eines Teilzeiteinkommens immer noch erheblich und spürbar.

    Um Mütter zu unterstützen – heute und später im Ruhestand – sollten wir die Einkommenssteuer auf den Teilzeitverdienst von Müttern abschaffen. Auf diese Weise verdienen Mütter brutto für netto, was Teilzeitarbeit genauso attraktiv macht wie Vollzeitarbeit.

    Anstatt jedoch 100 % des Bruttoeinkommens auszuzahlen, wird ein Teil des Einkommens in einen obligatorischen personenbezogenen Rentenfonds investiert. Auf diese Weise bauen die Mütter in den 18 bis 22 Jahren der Mutterschaft mit Teilzeitarbeit eine persönliche Rente auf, von der sie im Ruhestand leben können. Der Fonds sollte persönlich an die Mutter gebunden sein, sodass der Ruhestand völlig unabhängig von ihrem Ehemann ist.

    258.271,60 €

    Nehmen wir an, eine Mutter arbeitet in Teilzeit und verdient derzeit 1.750 Euro brutto. Statt dieses Einkommen zu versteuern, werden 30 % davon in einen persönlichen Rentenfonds eingezahlt, der an die Mutter gebunden ist. Dies entspricht einem monatlichen Sparbetrag von 525 €. Angenommen, die Mutter hat zwei Kinder und arbeitet 20 Jahre lang in Teilzeit, während sie die Kinder bis zum Alter von 18 Jahren erzieht. In dieser Zeit wachsen ihre Ersparnisse bei einem angenommenen Zinssatz von 1 % auf 138.719,73 € an. Bei einer Rendite von 7 % – eine Faustregel für Pensionsfonds – hat die Mutter Zugang zu einem Pensionsfonds von 258.271,60 €.

    Wenn wir davon ausgehen, dass die Mutter noch weitere 15 Jahre in Teilzeit arbeitet, nachdem die Kinder erwachsen sind, und weiterhin 200 Euro pro Monat in die Rentenkasse einzahlt, mit einer durchschnittlichen Rendite von 7 % pro Jahr, geht die Mutter mit 772.887,49 Euro in Rente.

    Unterstützung für alleinerziehende Mütter

    Alleinerziehende Mütter sollten gesondert berücksichtigt werden. Die monatlichen Beiträge könnten auf z. B. 15 % gesenkt werden, und der Staat würde die verbleibenden 50 % oder jeden anderen Betrag beisteuern, der erforderlich ist, um einen festgelegten Mindestsparbetrag von z. B. 400 Euro pro Monat zu erreichen. Alleinerziehende Mütter werden den Effekt sofort auf ihrem Bankkonto spüren. Gleichzeitig beseitigen wir die Altersarmut für alleinerziehende Mütter.

    Anmerkung: Das Gleiche gilt natürlich auch, wenn Mütter es vorziehen, Vollzeit zu arbeiten, und Väter Teilzeit usw.

  • There is a simple way to support families – especially mothers – and guarantee mothers a secure retirement: 0% income tax with 30% of the personal income of the mother paid into a personal pension fund.

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