Es increíble lo bien que lo pasamos y lo despreocupados que vivimos entre 2009 y 2020.
Nunca olvidaré las noches y fiestas sin preocupaciones de la adolescencia. Nunca olvidaré los viajes sin límites entre 2013 y 2016.
Los buenos tiempos.
Ahora nos esperan unos años horribles…
Para evolucionar mejor hacia los años 2030 y crear un hermoso mundo libre, que queremos vivir, y que podemos entregar con orgullo a nuestros hijos, necesitamos elevar nuestra conciencia humana.
Hemos perdido la conexión con nuestro interior, hemos perdido la conexión con la madre naturaleza.
Llenos de traumas generacionales, parece que estamos destruyendo no sólo todo lo que nos hace humanos, sino que como los últimos >20 años nos han mimado con abundancia de riqueza, también estamos destruyendo negligentemente nuestra libertad.
¿Dónde están la ética, la disciplina, los valores familiares de nuestros abuelos y bisabuelos?
Mientras bailamos con nuestras gafas de color rosa puestas, no vemos el tsunami que se avecina.
Hoy es más importante que nunca centrarse en uno mismo. Olvida las noticias, olvida lo que ocurre a tu alrededor, incluso olvida a tus amigos y a tu familia.
Enfócate en ti mismo. Céntrate en curar las heridas de tu trauma y el de tu generación. Tómate el tiempo que necesites. Sólo así, dejaremos de transmitir todo lo que está mal en nuestro mundo.
Sánate de todos los traumas. Libérate de toda la mierda que llenaba tu mente. Al hacerlo, te haces a ti mismo y a tus (futuros) hijos el mayor favor que puedas imaginar.
Si no sabes por dónde empezar, yo, personalmente, creo que una ceremonia de Ayahuasca es el mejor primer paso. O el Yoga. Sólo promete hacer algo.